sábado, 24 de marzo de 2012

Todo esta guardado en la memoria ¿Todo?


Excelente material producido por el compañero Hugo Daniel Uhart
¡No olvidamos! Cárcel a los asesinos de ayer y de hoy!

Todo esta guardado en la memoria ¿Todo?
En esta semana de la Memoria donde se cumplen 36 años del golpe civil y militar mas sangriento de nuestra historia, cabe reflexionar pensando en esta juventud se ha volcado (afortunadamente) a la militancia política, desde el simple lugar de un militante y apelando a mi memoria.
El golpe del 76 fue pergeñado por el poder económico local y las multinacionales imperialistas, fue sin duda, una ofensiva contrarrevolucionaria, fundamentalmente dirigida hacia los trabajadores. Mediante la aplicación del Terrorismo de Estado logro el aplastamiento de los sectores mas lucidos que peleaban por otra sociedad, y paralelamente con la implementación de su política económica, aseguro también el entierro del proyecto de una nación desarrollada, aun desde la lógica capitalista.
Cabe recordar que se pretendía frenar un germen de cambio social, por eso existía antes del golpe, una represión para-estatal y semioficial, con las acciones de la Triple A, que con amenazas, persecución y asesinatos políticos a opositores de izquierda y principalmente hacia los activistas antiburocráticos y clasistas. Luego con el famoso decreto de Luder de "aniquilar la subversión", se oficializó la participación de los militares en la lucha interna. También hubo un intento de golpe económico contra el pueblo, el Rodrigazo del 75, que resulto fallido por la resistencia de los trabajadores, que desde sus bases pararon y movilizaron desbordando a su dirigencia.
En esa trama, (anterior y posterior al golpe) hubo actores principales y de reparto, el imperialismo yankee y los grandes sectores económicos extranjeros y locales a la cabeza, con los militares como instrumento principal de esa política, sumando la activa colaboración y participación variopinta de los sectores políticos conservadores y reaccionarios, la dirigencia de la iglesia católica, y parte de la dirigencia sindical.
En la larga noche dictatorial a pesar del terror y la ofensiva criminal hubo expresiones de resistencia, la lucha de los DD HH marcaron un jalón fundamental en la denuncia de los secuestros, de las desapariciones y de las atrocidades del régimen. También hubo resistencia, aunque aisladas y puntuales, en algunas fabricas y mas adelante `79/`80 en algunos gremios.
El proceso criminal terminó sus días en una bancarrota política tras la aventura de Malvinas, pero dejó el saldo trágico de una generación militante arrasada y un país endeudado y con crisis económica y social.
Llegó la apertura democrática, la recuperación de la política y con ella la “primavera” alfonsinista. Lo mas positivo de esa etapa fueron el enjuiciamiento a las juntas y la normalización de los sindicatos pero, paulatinamente, la retórica progresista mostro sus limitaciones con el “Felices Pascuas” y terminó pactando miserablemente con la corporación militar, que mediante los levantamientos de semana Santa y Villa Marteli, se propuso (y lo logró) garantizar la impunidad con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Esto se hizo, a pesar de las grandes movilizaciones populares que salieron a las calles y plazas e incluso rodearon los cuarteles, recuerdo que cantábamos “no se atreven, y si se atreven les quemamos los cuarteles”. Se aplicaron los clásicos ajustes, se reconoció la fraudulenta deuda externa contraída por la dictadura, el país siguió condicionado por el FMI y los organismos usureros, provocando el estancamiento económico y termino sus días con la espiral hiperinflacionaria del `89.
Luego llegó el Peronismo al poder de la mano del caudillo riojano, que prometía “salariazo” y “revolución productiva”, lejos de eso, se profundizó la entrega del patrimonio público a precio vil, se desguazó el estado dejando en manos del Mercado las políticas estratégicas, y elevó astronómicamente la deuda externa.
La desindustrialización, la flexibilización laboral, la desocupación y la corrupción fueron la impronta peronista liberal. Otras perlas fueron el Indulto, el alineamiento y las relaciones carnales con el imperialismo yankee, Cavallo y la convertibilidad del peso al dólar, y el Pacto de Olivos que posibilitó la re-elección para garantizar los negocios de lo que fue, la segunda década infame (cuántos desmemoriados de hoy no recuerdan o no quieren recordar los actores del mundo político, económico, sindical, medios de prensa, etc. que apoyaron semejante desvergüenza)
Después llegó la Alianza abogando por terminar con la corrupción y las iniquidades del menemismo, y producto de su patética inutilidad, comenzó con tres muertos por la represión en Corrientes, siguió con los ajustes, el descuento a los estatales y jubilados, con la represión a los desocupados que luchaban en Mosconi y asesinando a Aníbal Veron. Convocó a Cavallo como ministro de economía y este, con el corralito, terminó capturando los ahorros de los sectores medios y asalariados, mientras dejaba fugar miles de millones de dólares de las grandes corporaciones.
Llegaron como respuestas los saqueos, declararon el estado de sitio y se terminó incendiando el país. Tuvieron que fugar en helicóptero, tras dejar más de 30 muertos el 19 y 20 de diciembre de 2001.
Cinco presidentes en una semana, declaración de default, Duhalde y la mega devaluación para el pueblo y la pesificación de las deudas de las grandes empresas, entre ellas Clarín, mientras las demandas populares eran respondidas con medidas represivas, intentando ponerlas en caja, sobre todo a los movimientos de desocupados y piqueteros, y a las asambleas populares nacientes. Esa tarea de recuperar la autoridad jurídica de las instituciones y el estado mismo, como arbitro y garante de ultima instancia, los llevó a la represión del Puente Pueyrredón, donde vilmente asesinaron a Darío y Maxi.
Luego de eso el duhaldismo, termina negociando una salida electoral para el 2003 que llevo a la presidencia a Néstor Kirchner que lleva hasta hoy casi una década.
Una década nacional y popular que hay que debatir y balancear sus políticas y su gestión, cuanto más cerca esta del "Capitalismo Serio" que de un proyecto de liberación Nacional y Social.
Debatir el presente sin omitir, ni excluir, ni mucho menos olvidar los acontecimientos del pasado; poniendo la lupa sobre cada uno de los actores políticos que fueron ejecutores, participes y cómplices necesarios de tamaña desidia.
No olvidar hoy, (para mi) es recordar que las contradicciones fundamentales que se enfrentaron en la arena política de los años 70, hasta aquí, todavía no se han resuelto a favor del pueblo trabajador.
Y eso no se resuelve con discurso y relato, desligado de los hechos actuales y del pasado inmediato.

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